Que el pan encuentre en la boca
el abrazo de una canción
inventada en el trabajo.
No el hambre cansada
de un sudor que corre en vano.
Que el pan del día no llegue
sabiendo a sobra de lucha
y a trofeo de humillación.
Que el pan sea como flor
festivamente recogida
por el que ayudó a la tierra.
Más que la flor, sea el fruto
que nace límpido y simple,
siempre al alcance de la mano.
De tu mano y de la mía.
Thiago de Mello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario