Un día,
los intelectuales
apolíticos
de mi país
serán interrogados
por el hombre sencillo
de nuestro pueblo.
Se les preguntará
sobre lo que hicieron
cuando la patria se apagaba
lentamente,
como una hoguera dulce,
pequeña y sola.
No serán interrogados
sobre sus trajes,
ni sobre sus largas
siestas
después de la merienda,
tampoco sobre sus estériles
combates con la nada,
ni sobre su ontológica
manera
de llegar a las monedas.
sobre la mitología griega,
ni sobre el asco
que sintieron de sí,
cuando alguien, en su fondo,
se dispone a morir cobardemente.
Nada se les preguntará
sobre sus justificaciones
absurdas,
crecidas a la sombra,
de una mentira rotunda.
Ese día vendrán
los hombres sencillos.
los que nunca cupieron
en los libros y versos
de los intelectuales apolíticos,
pero que llegaban todos los días
a dejarles la leche y el pan,
los huevos y las tortillas,
los que les cosían la ropa
los que les manejaban los carros,
les cuidaban sus perros y jardines,
y trabajaban para ellos,
Y preguntarán
“¿Qué hicisteis cuando los pobres
sufrían y se quemaba en ellos
gravemente, la ternura y la vida?”
Intelectuales apolíticos
de mi dulce país,
no podréis responder nada.
Os devorará un buitre de silencio
las entrañas.
os roerá el alma
vuestra propia miseria.
y callaréis,
Avergonzados de vosotros.
Otto René Castillo,
4 comentarios:
Ojalá que sí que les devore un buitre de silencio.
Yo bajare los abismos que me digas.
Yo beberé tus cálices amargos.
Yo me quedare ciego para que tengas ojos.
Yo me quedare sin voz para que tu cantes.
Yo he de morir para que tu no mueras,
para que emerja tu rostro flameando al horizonte
de cada flor que nazca de mis huesos.
Tiene que ser así, indiscutiblemente.
ME ENCANTO
¡Cuanta vida estéril vemos a menudo!
Deberían avergonzarse los seres que a pesar de poseer talento e inteligencia son incapaces de luchar por altos ideales humanos.
Un abrazo inmenso,
Danhir
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