La libertad existe. No sólo existe sino que además está hecha de concreto y acero y tiene cien metros de altura. Fue donada por los franceses a los norteamericanos en 1886 porque en aquella época los franceses tenían demasiada y los norteamericanos muy poca. Habiéndola recibido de los franceses, los norteamericanos la colocaron en la isla de Bodloe, a la entrada del puerto de Nueva York. Nunca entró completamente en los Estados Unidos.
Expulsada de todas partes, viviendo siempre hambrienta, teniendo que subsistir sin residencia fija, apuñalada aquí, estrangulada allá, no deseada en verdad por nadie, a no ser por unos pocos y locos humanistas y revolucionarios a través de la historia, es ridículo representarse a la libertad como una mujer hermosa con una antorcha eternamente encendida en la mano, con rasgos delicados y una expresión serena y altiva.
La libertad es un perro vagabundo.
Expulsada de todas partes, viviendo siempre hambrienta, teniendo que subsistir sin residencia fija, apuñalada aquí, estrangulada allá, no deseada en verdad por nadie, a no ser por unos pocos y locos humanistas y revolucionarios a través de la historia, es ridículo representarse a la libertad como una mujer hermosa con una antorcha eternamente encendida en la mano, con rasgos delicados y una expresión serena y altiva.
La libertad es un perro vagabundo.
1 comentario:
asombroso, alguien más que conoce a Millor; digo, fuera del Brasil (en mi blog tengo un link a su sitio)
saludos,
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