Yo imagino la América desnuda,
-erótica es su armazón telúrica-
erótico el perfil de sus pezones
manando la fría leche de los páramos.
eróticas sus venas: Amazonas,
Plata, Orinoco, Paraná, Río Bravo,
(Eva escapada a algún Demián imberbe)
América es la hembra que idealizo
unas veces tendida la verde grama del estero,
otras más, empinada,
afincada en sus dedos que hunden sus mil samanes
en el océano oculto donde flota
su cuerpo, florecido y floreciente,
y otras veces montado en una danta
donde sin taparrabos cabalga la leyenda.
América es así:
¡Naturaleza!
No con rostro de nieve, sí de piedra,
no con voz de jilguero, sí de trueno,
no con sexo de mula como quieren
los que su savia maternal pretenden detener.
No con húmedo cuerpo de paloma
y sí con trepidente
arquitectura feroz y femenina de pantera.
No con luz de luciérnaga en los ojos
sino con mil relámpagos de estrellas.
América extendida para entrega
que ha de fructificar en raza nueva.
Pero América erguida
con un lucero al norte de su rumbo
en vez de aquella mano levantada
como de libertad enmascarada
que si no se calcina se congela.
América con niños que sean niños,
sin aquel santa claus de los que tienen
todavía prohibida la emoción de la flecha,
la angustia del tambor,
el placer del torrente,
porque son colibríes encerrados
en bonita hosca jaula de quimeras.
Pero mi bella América desnuda
que fue vírgen y novia, angelical y tierna,
que es la de quetzacoalt ala del mito
está en el gran día de esta era
amanecida ya en mujer,
su himen se le ha vuelto torrentera
desde Cauthemoc,
Desde Paramaconi,
desde Tupac Amaru,
desde Caupolicán el Araucano,
desde el negro Miguel,
desde Chirinos,
desde Hidalgo y Morelos,
San Martín y Bolívar,
Miranda, Sucre, Girardot, Martí,
y todos ellos…
Y desde el gran Sandino
que ayer dobló su tallo para soltar semillas.
y desde aquel Camilo colombiano
con que Cristo se vino hasta mi Tierra.
desde el Che de la Pampa
que fue a la Sierra Maestra
para volver de allá a hacerse símbolo
cerca de donde estuvo Tiahuanaco.
Y de los que como ellos
la han preñado de veras
porque aquí está el futuro:
el Adán de esta Eva.
Hoy me siento como ellos los varones
como ustedes se sienten,
porque somos los hombres
los mestizos
los que nacimos del encuentro
de la cruz, del tambor y la flecha.
Yo imagino la América desnuda.
¡Que bella es
y que tierna
y cómo le palpita el corazón,
aunque con oro se lo quieran petrificar
los que no la comprenden!
Hace falta más fuerza,
más vigor,
más sudor
y más sangre
¡Para que para América!
-erótica es su armazón telúrica-
erótico el perfil de sus pezones
manando la fría leche de los páramos.
eróticas sus venas: Amazonas,
Plata, Orinoco, Paraná, Río Bravo,
(Eva escapada a algún Demián imberbe)
América es la hembra que idealizo
unas veces tendida la verde grama del estero,
otras más, empinada,
afincada en sus dedos que hunden sus mil samanes
en el océano oculto donde flota
su cuerpo, florecido y floreciente,
y otras veces montado en una danta
donde sin taparrabos cabalga la leyenda.
América es así:
¡Naturaleza!
No con rostro de nieve, sí de piedra,
no con voz de jilguero, sí de trueno,
no con sexo de mula como quieren
los que su savia maternal pretenden detener.
No con húmedo cuerpo de paloma
y sí con trepidente
arquitectura feroz y femenina de pantera.
No con luz de luciérnaga en los ojos
sino con mil relámpagos de estrellas.
América extendida para entrega
que ha de fructificar en raza nueva.
Pero América erguida
con un lucero al norte de su rumbo
en vez de aquella mano levantada
como de libertad enmascarada
que si no se calcina se congela.
América con niños que sean niños,
sin aquel santa claus de los que tienen
todavía prohibida la emoción de la flecha,
la angustia del tambor,
el placer del torrente,
porque son colibríes encerrados
en bonita hosca jaula de quimeras.
Pero mi bella América desnuda
que fue vírgen y novia, angelical y tierna,
que es la de quetzacoalt ala del mito
está en el gran día de esta era
amanecida ya en mujer,
su himen se le ha vuelto torrentera
desde Cauthemoc,
Desde Paramaconi,
desde Tupac Amaru,
desde Caupolicán el Araucano,
desde el negro Miguel,
desde Chirinos,
desde Hidalgo y Morelos,
San Martín y Bolívar,
Miranda, Sucre, Girardot, Martí,
y todos ellos…
Y desde el gran Sandino
que ayer dobló su tallo para soltar semillas.
y desde aquel Camilo colombiano
con que Cristo se vino hasta mi Tierra.
desde el Che de la Pampa
que fue a la Sierra Maestra
para volver de allá a hacerse símbolo
cerca de donde estuvo Tiahuanaco.
Y de los que como ellos
la han preñado de veras
porque aquí está el futuro:
el Adán de esta Eva.
Hoy me siento como ellos los varones
como ustedes se sienten,
porque somos los hombres
los mestizos
los que nacimos del encuentro
de la cruz, del tambor y la flecha.
Yo imagino la América desnuda.
¡Que bella es
y que tierna
y cómo le palpita el corazón,
aunque con oro se lo quieran petrificar
los que no la comprenden!
Hace falta más fuerza,
más vigor,
más sudor
y más sangre
¡Para que para América!
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